Hace unos meses hablábamos en otro post del blog, que la madera estaba en auge. Y así es, "la madera está de moda y sigue ganando terreno en el sector de la construcción". Son palabras de Adolfo Montero, nuestro director técnico, en una entrevista que realizó para La Voz de Galicia.
Nuestro compañero, admite que está enamorado la madera, tanto es así, que desde hace un año vive en la Casa A Baicela, una vivienda con certificado Passivhaus y construida por Maderas Besteiro.
El aparejador y su familia han pensado en todos los detalles para lograr una vivienda sostenible y con bajos consumos. «Se pretende que todo pasivo, un día de temperaturas bajo cero, si hace sol, la casa llega a los 22 grados sin calefacción», explica. Además, la vivienda, de estilo contemporáneo y con grandes ventanales orientados al sur que hacen que penetre la luz natural, tiene ventilación automática las 24 horas del día. «Las ventanas son de triple vidrio y las más pequeñas están orientadas al norte. La casa es hermética, no pierde calor, sino que la recupera», cuenta Montero. Además, en la finca hay 12 placas fotovoltaicas que ayudan a reducir emisiones y consumos y la orientación de la casa, que es de planta baja, está calculada bajo lupa.
A Baicela necesita 3.000 vatios de potencia para calentarse, lo equivalente a un secador de pelo. La construcción está hecha de madera, por dentro de abeto y por fuera, de pino silvestre termotratado. El aislamiento es de fibra de madera con mortero de cal. Sin embargo, en el interior, Adolfo ha sabido combinar el color y la textura de este material con otras zonas pintadas, que le confieren una apariencia nórdica y moderna.
En su momento, A Baicela fue la primera casa Passivhaus con paneles macizos de madera que ha sido certificada en Galicia, y el interés de Montero porque así fuera se basa en sus creencias: «En el mundo no vale con consumir eficientemente, hay que intentar no consumir, ir hacia un consumo casi nulo», sostiene Montero. La casa solo se nutre de electricidad y, aunque diciembre fue el peor mes del año a nivel consumo, el ingeniero hizo frente a una factura de 50 euros, un respiro en pleno encarecimiento de la energía y los combustibles en todo el mundo.
«Cuando hice la casa, los paneles macizos que hacen que sea la primera certificada con este sistema constructivo llegaron de Austria porque no se hacían aquí. Aun así, en España, hay sobre 160 casas certificadas con este sello», cuenta Adolfo.
«Si a mí me dijeses antes de entrar en esta empresa que iba a vivir en una casa pasiva de madera, te lo negaría», añade nuestro compañero, ahora enamorado de su hogar, que además de tener unos consumos muy reducidos se ubica en las proximidades de la ciudad amurallada, en una finca soleada, abierta y repleta de vida.
En definitiva, fue una entrevista de lo más interesante. Si quieres leerla al completo y descubrir nuestros nuevos proyecto haz click aquí.
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