Utilizar la madera en su vertiente más natural se ha convertido en una tendencia decorativa que aporta al hogar calidez y un aire atrevido y bohemio. Desde hace tiempo vemos que es posible trasladar a nuestra casa la esencia misma de los árboles y de este modo usar ramas, raíces, cortezas o troncos como parte integrada en el mobiliario.
Aunque comenzaron a emplearse en locales comerciales, su uso ha trascendido a espacios privados. Si te arriesgas a dar este toque más salvaje a tu hogar, te damos algunas ideas y consejos para hacerlo de forma correcta y que el resultado sea llamativo.
Las ramas alargadas y de grosor medio son ideales como elemento del que colgar fotografías, figuras de tela o madera o incluso a modo de barra para ropa o como perchero. Si caminas por el bosque puedes recoger algunas de estas ramas y dejarlas secar en casa. Después de unos días y tras una limpieza para eliminar restos de suciedad estarán listas para colgar. Si no te gusta el aspecto natural puedes aplicarle algún barniz o incluso pintura de colores.
Las ramas son muy versátiles e incluso puedes juntar varias y construir una escalera para colocar mantas, un cabezal para tu cama de lo más rústico o incluso un dosel que te traslade a un verdadero bosque. Formando un cuadrado con ellas nos puedes conseguir un marco ideal para nuestras fotos.
En el caso de los troncos, las utilidades dentro del hogar también son infinitas. La idea más socorrida es transformarlos en mesas auxiliares colocándoles ruedas o patas de forja. Si el tronco es más grande y ancho lo podemos usar como mesa de centro o apoyado en la pared como escritorio. Otra posibilidad es usar el tronco como banco tanto para interiores como para porches o terrazas. Y si nos ponemos en plan culinario, también es tendencia emplear estas piezas a modo de salvamanteles como alzatartas o como simple tabla de cortar para la cocina.